sábado, 4 de junio de 2011

EL RETABLO DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE N. SRA. DEL CAMINO

   Retablo que podemos admirar en Medina de las Torres; es una de las grandes obras realizadas en Extremadura durante el siglo XVI.
   Se trata de una pieza aquitectónica de nueve metros de ancho y ocho y medio de alto. Está formada por tres cuerpos que se despliegan al ábside a modo de tríptico y que adptan la forma de planta ochavada.
   Tiene un total de nueve calles, todas del mismo ancho a excepción de la central que rompe la horizontalidad, y tres pisos a los que se añaden las correspondientes al banco y al sotobanco.
   La parte superior del retablo está rematada por un guardapolvo que recorre todo el ancho a modo de cornisa.
   Este armazón abriga veintiséis pinturas sobre tabla a las que hay que añadir cinco del sotobanco y cuatro esculturas: La Vírgen del Camino, San Juan, La Vírgen y un Ecce Homo.
   Se trata de una arquitectura gótica con pinturas renacentistas inspiradas en modelos italianizantes donde se advierten tres manos distintas:
       -una que realiza las escenas marianas,
       -otra, las escenas de Pasión
       -y la tercera para obras de taller que se localizan en el último cuerpo.
   Es un retablo cuya cronología puede establecerse hacia 1550 y existen indicios de su autoría: Estacio de Bruselas estuvo en Llerena entre 1538 y 1571 siendo uno de los artistas más activos de esa zona y del cual no se conservan más que protocolos.
   Lo más significativo de esta obra retablista del siglo XVI se centra en el valor iconográfico que aporta a la época, iconografía que está un poco desordenada por los constantes cambios a los que ha sido sometida.

                                                    
   En el primer cuerpo, todos los temas son marianos, desde el Brazo de San Joaquín y Santa Ana, hasta el Nacimiento y la Presentación en el Templo, pasando por el Nacimiento de Cristo, La Crucifixión y la Adoración.
   En el segundo cuerpo se representan las escenas cristíferas relacionadas con La Pasión, tales como El Prendimiento, La Santa Cena y La Flagelación, El Descendimiento de la Cruz, La Oración en el Huerto y la puesta de Cristo en el Sepulcro.
   Y en el cuerpo superior se combinan los dos temas anteriores, apareciendo La Dominación de la Vírgen y La Ascensión, La Crucifixión, La Resurrección, La Coronación de la Vírgen y la Bajada a los Infiernos.


    INTERVENCION Y TRATAMIENTO: 1998-2000

   Los trabajos de conservación y restauración de este retablo se han desarrollado en varias fases desde 1998 hasta el momento actual. Los trabajos los llevó a cabo la empresa I. Navarrete Alvarez. Los problemas alos que se enfrentaron fueron cuantiosos y graves por el estado precario de conservación y por los daños ocasionados a la obra por indebidas actuaciones humanas: repintados, contrachapados en el sotobanco, eliminación de estructuras para la colocación de un templete neogótico y cortes en las pinturas entre otros, como los ocasionados por la suciedad acumulada, desplazamiento de las estructuras, pérdida de piezas, embarrotados anexos, levantamiento de policromías, dorados y diversos ataques biológicos por el transcurso del tiempo. Se apreciaba un intento anterior de remodelación que fue catastrófico por el deterioro acelerado que provocó en las piezas. Así quedó afectado el banco o ala central, el coronamiento y probablemente algunas tablas que fueron trastocadas o que perdieron su emplazamiento primitivo. El banco desapareció totalmente; debía iniciarse a la altura del presbiterio a juzgar por la existencia de una puerta semitapiada que da acceso a la parte posterior y al también desaparecido tabernáculo.
   No se sabe con exactitud cuándo se reorganizó la zona central, afectando a los cuerpos primero y segundo del plano central del retablo, donde hoy está el sagrario y tes hornacinas con remates neogóticos.
   También se encontró alterado el coronamiento del retablo, probablemente, con la supresión de varios elementos como ocurría en el banco.
   La perfecta adapatación del resto del retablo al testero nos hace suponer que se acoplaría igulamente en su parte superior.
   El estado de conservación en general, era alarmante y faltaban numerosos elementos:  las columnillas que enmarcaban cada pintura e iban adosadas a la tabla, los doseletes de los cuerpos inferiores y medios sobre la parte superior de las pinturas.
   La talla dorada aparecía pintada en blanco y rojo. El estado de los doseletes del cuerpo superior era totalmente ruinoso y las pilastras de separación entre las calles estaban igualmente deterioradas y apolilladas.
   Una buena noticia fue la aparición, durante los trabajos de restauración, al desmantelar las pinturas de este magnífico mueble litúrgico, de una pintura oculta mural realizada al temple. Se trata de otro retablo anterior al actual e inconcluso. Así resulta que nos encontramos ante dos retablos: el de la talla y pincel más reciente y el mural e incompleto, más antiguo. La pintura mural descubierta discurre desde el nivel del altar hasta casi el arranque de la bóveda. Se dató perteneciente a principios del siglo XVI. En su parte inferior se representa el tema de la Misa de San Gregorio. Más arriba, separado por un friso de róleos como en los retablos, se representan atributos y personajes relacionados con la Pasión de Cristo. En el tercer cuerpo la Quinta Angustia, es decir, La Vírgen rodeada de mujeres sosteniendo el cuerpo sin vida de Cristo. Este original mural se recuperó muy recientemente.
   En el principal trabajo de restauración de la obra, auspiciada por la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, se atendió en primer lugar a recuperar el perímetro original del armazón, a la conservación de todos los elementos originales, rescate de los dorados y estofados originales y desinfección del armazón arquitectónico, incluyendo la compra de madera de roble de más de 200 años para recomponer elementos ornamentales de columnas y capiteles.
   En las tablas pintadas se eliminaron los repintes, conservando los barnices y pátinas originales, se fijó la capa pictórica y se reintegró con técnicas reversibles y con criterios de diferenciación.
   En las esculturas se siguió un criterio de conservación basado en la eliminación de repintes y aplicando un tratamiento fungicida y reintegrando solo los volúmenes necesarios para la correcta lectura de las mismas.
   En la estructura arqitectónica se eliminaron las hornacinas neogóticas para recuperar los espacios originales marcando un claro criterio de diferenciación con el original y reproduciendo esquemáticamente las piezas perdidas y dejándolas en madera vista.
   Por lo que se refiere a las pinturas murales de Antón de Madrid, su autor, aparecidas detrás del retablo principal y en las que pueden verse escenas de La Misa de San Gregorio, La Negación de <San Pedro, El Beso de Judas y Descendimiento, se ha establecido un sistema de cierre que permite su acceso por la parte de la epístola.
   Con todo este trabajo de restauración se consiguió recuperar más del 90% del conjunto.

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