viernes, 22 de abril de 2011

LAS MURALLAS DEL CASTILLO DE MAGACELA

De todas las fortalezas de titanes, la más espectacular y asombrosa por el gran tamaño de las peñas de sus lienzos es el castillo de Magacela. Situada sobre el prominente extremo Sur de un largo serrijón domina y vigila todos los horizontes salvo el otro extremo del cuchillar, el del Norte, donde tendría su oportuna atalaya.
En sus muros se aprecian las más diversas épocas. En algunos lienzos se observa la apresurada edificación defensiva de los últimos tiempos de Roma, hasta toscos capiteles de orden compuesto son usados como vulgares mampuestos.
Lo musulmán está patente con diversas épocas y distintos materiales. Desde la puerta en recodo, la gran torre octogonal, la maciza mampostería y esquinazos de ladrillo y los tapiales. Así como hormigones de cal y numerosas mamposterías que están todas muy diseminadas y confusas. Tanta mezcolanza irregular de materiales en el Castillo puede dar a veces a estos muros aspecto desolado, como la obra descuidada de parcheos apremiantes realizados entre los sucesivos e inmediatos asaltos enemigos.
No todas estas obras chapuceras fueron realizadas por los moros; con la conquista cristiana y con la Orden de Alcántara parecen surgir nuevos remiendos en los lienzos.
El perímetro fortificado del Castillo abarca la máxima superficie que permite el desnivel de la alargada cresta rocosa en que se asienta. De este modo, ocupando una extensión de más de 250 metros por 65 metros en algunas partes.
Los muros se levantan a desigual altura, acondicionados por la irregularidad de las cotas orográficas que marcan el terreno, levantándose el muro perimetral en el recorrido que marcan las curvas de nivel más favorables, aprovechando en lo posible los escarpados naturales realzándose así el carácter fortificado.
En el extremo Sur se observan las posibles huellas de la técnica constructiva usada para aparejar las gigantes peñas que forman su asombrosa muralla, una técnica muy sencilla como es de suponer. Los grandes peñascos han sido desgajados de los canchales que formaban las aristas de la Sierra con cuñas y palancas; posteriormente han sido movidas y rodadas deslizándolas siempre a descenso sobre rodillos de árboles y rampas con ayuda de palancas y cuerdas. Son visibles los lugares de donde han sido arrancadas muchas de estas grandes piedras.
La puerta de entrada a la fortaleza del siglo XII se encuentra en la parte media de una torre cuadrada barbacana a la que se llega mediante una calzada en rampa. la puerta se conoce con el nombre "Puerta de San Pedro" por albergar la imagen del santo en una hornazina que aún se conserva. Se trata de una puerta en ecodo propia delmarte almohade cubierta por una bóveda esquifada de ladrillo con ocho paños y trampas en los ángulos. Los vanos parecen ser modificados en época cristiana.
En el resto de la torre, construida en ladrillo aglomerado, se acusa la presencia de intervención mudéjar. En su parte interior presenta una puerta de acceso formada por un arco de herradura apuntado construido con sillares graníticos.
Poco más adelante una coracha corre ladera abajo del cerro desplazándose unos 35 metros, quedando actualmente solo el arranque de los cimientos.
Ante las sucesivas ocupaciones de este enclave, hemos de imaginar las muchas transformaciones realizadas en función de las necesidades de los pobladores. Por esto es difícil establecer una secuencia histórica de los liezos o muros de la fortificación ya que se han superpuesto límites y materiales; se han reaprovechado los espacios y siempre con el objetivo de lograr una mejor defensa.
Así es posible encontrar los grandes bloques de piedra colocadas en seco en la zona Sur, ya mencionadas, que pertenecen al período prerromano y romano. También se encuentran al NE del acceso principal y en un estado de conservación aceptable por lo que no hansufrido trabajos de restauración.
También se aprecia el muro de tapial, lo que nos hace pensar que pertenecen al período de dominación islámica.
La mampostería y el sillarejo bien trabado nos sitúan alrededor del siglo XIV y XV en el período bajo-medieval; distinguiéndose los muros irregulares de piedra mediana que pueden responder a obras puntuales de remodelación de carácter urgente.
Finalmente los muros de mampostería en los que se intercala hileras de ladrillo rojo como si se tratase de adornos de muro lo sitúan en el siglo XVI.
La localidad de Magacela fue declarada conjunto histórico y bien cultural en Marzo de 1994.
INTERVENCIONES:
La consolidación y restauración de las ruinas de este inmenso Castillo se llevó a cabo con el objeto de dar a conocer las sucesivas fases de ocupación que había tenido la zona.
Hasta ese momento ofrecía un aspecto de superposición de estratos pétreos sin orden ni clasificación alguna.
La reposición del tapial islámico se planteó de forma similar a la mampostería de sillarejo de uso generalizado en la Edad Media. Respecto a esta última se distinguió un tipo de sillarejo trabado con mortero de cal solo apreciable desde el interior en los lados Sur by Este y parcialmente en el Norte que podía pertenecer a la época islámica dada su situación sobre los muros ciclópeos descritos y en ocasiones desde el suelo.
Una fábrica similar aunque con juntas bien trabadas que se identificó como tardo-medieval del siglo XIV o XV. Ambos tipos se consolidaron utilizando los mismos materiales constructivos. Y del mismo modo se actuó sobre los fragmentos claramente identificados como reparaciones de carácter urgente difíciles de clasificar constructivamente aunque no cronológicamente pues son tardo-medievales.
Los lienzos de mampostería con ladrillos dispuestos en hileras situados en la torre en la zona de entrada y aledaños, nos remiten al siglo XVI.
También se recuperaron los tres espacios en que se dividía la fortaleza. Se actuó consolidadndo los parámetros, recreciendo mínimamente algunos de ellos y devolviendo la solidez a los que aún se mantenían en pie. En algunos casos se utilizó el hormigón oculto pasando hoy desapercibido, mientars en otros se emplearon cascotes y mortero de cal y barro. Para evitar que quedaran huecos o perforaciones en los muros se inyectó mortero sintético de relleno. Se intentó reaprovecar el material del recinto y que procedía de derribos o escombros.
En la puerta de recodo se eliminaron las grietas y la suciedad de paramento, enfoscando el interior de la puerta y eliminando las plantas y maleza que asomaban. Se apisonó el terreno para facilitar el acceso.
El arco de la entrada se consolidó en sus dos caras. Se repusieron las juntas de los sillares de las canterías empleando el tradicional mortero de cal.




La restauración no contó con un estudio previo de arqueología aunque sí se hizo un estudio histórico y recopilación de materiales identificándolos en su época y enclave.
La imagen del lienzo de muralla que vemos dos lineas mas arriba nos muestan  un borde metálico que se ha puesto en la restauración y que resulta fuera de lugar y muy peligroso ,en fotos anteriores a dicha res tauración habia una oquedad  posiblemente debido al deterioro,o los mal echados parches anteriormente citados.                                                                                                                                                       

No hay comentarios:

Publicar un comentario