sábado, 23 de abril de 2011

MURALLAS DE ZAFRA EN EL S. XV

Fue en el Siglo XV cuando Lorenzo II empezó a transforma  la primitiva urbe gracias a que habían finalizado los períodos de inseguridad y regresión ocasionados por los esfuerzos de la Reconquista.

Posteriormente, en tiempos de los Reyes Católicos, cuando a debido a las condiciones favorables se construyeron nobles y esplendorosos edificios. Al estar Zafra situada en una llanura sin formaciones naturales que le protegiesen estratégicamente estaban expuestos a cualquier eventual peligro. Aunque la construcción de las murallas también obedeció a otros motivos de interés económico, como era el evitar la entrada incontrolada de mercaderes y  vendedores que no abonasen las correspondientes arcabalas en los puestos de guardia de las puertas. Y así se incrementaban considerablemente las arcas señoriales, pues podían gravarse impuestos a todos los artículos que entraban a los mercados y ferias. También servían como control de pestes y otras enfermedades cerrando las puertas.

Situamos la construcción de la muralla el 10 de mayo de 1426, como dice el escritor Fernando Mazo:

" a ora de missa y puso la primera piedra Lorenzo Suarez 
y puso devajo della media dobla de oro"

Las obras se prolongarían hasta el año 1449, fecha en la que queda finalizada. Por tanto, duraron veintitrés años los trabajos, según se lee en la siguiente inscripción que D. Lorenzo mandó colocar en la entrada de la muralla del vestíbulo del Alcázar del Parador, que ha sido transcrita correctamente por el investigador Juan Carlos Rubio Masa.



Al ser derrumbada la muralla a finales del siglo XIX fue guardada en una casa cercada. Hace poco tiempo el propietario la cedió gratuitamente.

Si las obras se alargaron veintitrés años en el tiempo, y el Alcázar se construyó en el período comprendido entre 1437 y 1443, al ser el Alcázar una obra de mayor complejidad, podemos concluir que el interés señorial no fue excesivo, debiendo financiarse con dinero del Concejo y particulares a cambio de verse exentos de la penosa obligación de tener que hacer rondas y turnos en las diversas fortalezas del Señorío. También pudo ocurrir que al tener tantos gastos en este período el Duque presentaría más interés por el Castillo, pudiendo haber períodos de inactividad en la construcción de las murallas. Posiblemente trabajasen diferentes maestros con distintos presupuestos. De ahí que da la impresión de haber sido construída a golpes, apreciándose incluso diferentes estilos. En un archivo de la Administración de Feria se encontró un documento fechado en 1784 en el que se dice que las murallas de Zafra eran de tierra y piedra tosca sin tallar, y en esta fecha estaban casi arruinadas.

El muro levantado constituía un cierre perimetral edificado con material pobre y mampostería liviana. Tenía una altura de 6 varas (poco más de 5 metros) y un grosor de 3 varas (casi 3 metros), pudiendose advertir en lus lugares que aun queda en pie.

Esta disponía de ronda a modo de cinturón viario, salvo el espacio del Alcázar. Estaba flanqueada por torres almenadas en toda su extensión, presentando algún baluarte y semibaluarte y estaban revestidas de orabeques y medias lunas.

Lo que encerraba la muralla fue un entramado compuesto por escasos caseríos, solares vacíos, tierras de labor, etc... Alberto González hace semajanza de este plano con otros planos esquemáticos bajoextemeños (Fuente del Maestre, Llerena y Olivenza), viéndose una correlación de formas trazadas, intramuros y hasta un plan preconcebido por la Orden de Santiago.

Pero ya en el Siglo XVI la urbe tuvo que encontrar sitio para edificar en el exterior. El plano primigenio resultante posee una tipología y coresponde a una simetría axial, con cierto trazo hipotético propio de ciudades medievales. Una plaza parece como punto de intersección del viario principal y en sus extremos se abrían las puertas de la muralla.

El casco antiguo de la muralla medía unos 630 metros desde la Puerta de Sevilla hasta la Puerta del Cubo, y 562 metros desde la de Los Santos a la de Jerez.

A lo largo de la muralla se erigieron cuatro puertas coetaneas a su construcción: al norte quedó la Puerta de Badajoz o del Cubo, al sur la de Sevilla, al oeste la de Jerez y al este la de Los Santos.



A éstas habría que añadir una más: la del Palacio situada al sudeste que daba servicio al Alcázar.

PUERTA DE BADAJOZ

Presenta una tipología extraña consistente en una torre semicircular con un portón en un lateral, por lo que para atravesarla era necesario realizar un ángulo recto dentro de la misma torre, resultando en una puerta indirecta. Eran más propias de época almohade, siendo extaño verlas en construcciones bajomedievales en ese tiempo. El resto de las puertas presenta una tipología diferente, entrada directa flanqueada por dos torres.

Esta puerta se llama también del Cubo por un elevado torreón que la defiende. Se cree que fue construído después de la muralla porque está adosado a ella sin enlace ni trabazón alguna. Se construyó así para evitar que batida la torre se aportillase la muralla. De esta manera, aunque se cayese la torre el muro de la muralla permanecería intacto. En esta puerta norte confluían los caminos de Badajoz (ciudad controlada por los Suarez de Figueroa), los de Feria y Fuente del Maestre; y a través de ellos los del resto de las villas y aldeas del Estado señorial.

Dentro del Torreón, los oficiales señoriales o concejiles tendrían alguna especie de oficina de control y recaudación de todo lo que se mercadeaba a través de las vías que allí confluían.

En el Torreón aparece la escultura de Santiago Matamoros que está por la relación del Señorío de Feria y la Orden de Santiago. La entrada de carromatos o vehículos de tiro animal seía muy difícil, ya que precisaría de rebajes en las esquinas.

LA PUERTA DE SEVILLA

Era la principal y de más tánsito. Estaba formada por pierra berroqueña, siendo grande y alta con basamentos para columnas estriadas y cornisamentos romanos.

La puerta daba a la Calle Sevilla y en el otro extremo al Campo de Sevilla. Estaba también coronada en su parte superior por una pequeña ermita o capilla. En ella se veneraba una pesada imagen de la Virgen realizada en fuste de una columna llamada Nuestra Señora de la Aurora.




LA PUERTA DE LA CALLE JEREZ Y SU ARCO

La Puerta de Jerez, que hoy se conserva perfectamente, da inicio a la Calle Jerez, que tiene su principio en el zoco medieval de la Plaza Chica.

Apoyada sobre el doble arco ojival de sillería del conjunto de la puerta se encuentra la Capilla del Cristo de la Humildad y Paciencia, conocida en el siglo XV como Capilla de Nuestra Señora de la Caridad. En su interior, y sobre dos alturas distintas, se encuentran las dos imágenes que dan nombre a este lugar: la imagen de Cristo de la Humildad y la de la Virgen de la Caridad. La Puerta de Jerez por su parte exterior tiene un bello arco ojival, balcón central superior con dos hornacinas a cada lado y todo ello coronado por una airosa espadaña hecha de simple ladrillo. En este campanario se nos muestra el símbolo de la Villa que era el jarrón de las azucenas con los escudos de la Casa de Feria (un poco deteriorados durante la ocupación francesa).

                                                    
                                                 Entrada de la muralla por la puerta Jerez.


LA PUERTA DE LOS SANTOS

Esta es la puerta situada al este, que da al único itinerario viable entre Zafra y Los Santos, empinado y arduo sendero que, saliendo desde el terreno junto al Convento de San Benito y a su altiva Torre de San Francisco, remontaba la Sierra y se adentraba en aquella población por la Calle llamada De Zafra. Aquella vieja vereda entre muros de rústica piedra era recorrida diariamente por los hortelanos y las mujeres de Los Santos que venían a instalar sus puestos en el mercado de nuestra ciudad. Se traían el pan elaborado de sus tahonas santeñas, siendo muy codiciados por sus buenas cualidades nutritivas.

Estaba situada en la confluencia de las calles López Asuna y la entrada del Pilar Redondo; y flanqueada por dos torreones de buena planta, teniendo sobre el Arco de la entrada una Capilla de Nuestra Señora de la Concepción y Amparo, a semajanza de las existentes en las puertas de Sevilla y de Jerez.


                                          Puerta del castillo.

De lo hasta aquí expuesto puede sacarse una hipótesis lógica. La muralla de Zafra comenzó a construirse por la Puerta de Badajoz y se siguió con los lienzos de muralla hacia las puertas de los Santos y de Jerez, que por su similitud no debieron llevarse mucho tiempo.

Dada la poca altura de la muralla y un mampuesto de mala calidad, la muralla podía proteger de una acción militar de poca intensidad, pero nunca contra un asedio ó asalto. Su función, ya anteriormente explicada, era fiscalizadora.

La Villa del siglo XV amurallada debía ser preciosa, y nunca debió tirarse pues igualmente la Villa podría haber crecido y la zona amurallada hubiera podido quedar como casco antiguo.

1 comentario:

  1. Muy interesante. ¡Felicidades por el Blog!.
    Te animo a seguir investigando y escribiendo sobre la historia de nuestra ciudad.

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